miércoles, 27 de julio de 2011

Me obligas a sonreir.

Todo alrededor era hermoso, como si fuera el mejor cuento de hadas.
Por ver que tú eras un príncipe, quise ser la mejor princesa, pero otro se encargó de recordarme que nunca supe llevar corona. Tampoco he conseguido adaptarme al trono.
Pero justo entonces me hiciste ver la realidad, y descubrí que no eras un príncipe, que eras mucho más.


Por eso, prométeme que vendrás a por mí, que haremos mil cosas juntos, que me enseñarás a ser feliz. Sólo promételo, que ya veremos como hacemos que se cumpla.


Se acabó el cuento de hadas, tuvo el más bello final, con pájaros tirando flores y orquesta real. Ahora toca vivir la vida, y sería más bonita si viviéramos juntos. No hace falta olvidar el pasado, sólo dejarlo atrás. Yo iré pensando en cosas que hacer juntos, me conformo con que tú pienses en mí. No hace falta ir de la mano, solo ir, y tampoco compartir helado, solo compartir.


Por eso, prométeme que vendrás a por mí, que haremos mil cosas juntos, que me enseñarás a ser feliz. Sólo promételo, que ya iremos viendo cómo cumplir.

Perdí el sentido del tacto, creo que tú lo has encontrado al final de tus manos. Me veo en la obligación de compararlo todo. El café me sabe amargo, ya no me emborracho. Conozco el infinito, pero no puedo mirar a los ojos. He dejado de caminar por no estar más lejos de tí. Y muchas cosas más que aún no sé explicar.


Por eso, prométeme que vendrás a por mí, que haremos mil cosas juntos, que me enseñarás a ser feliz. Sólo promételo, que ya iremos viendo cómo cumplir.


 
Dime todo lo demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario