miércoles, 18 de enero de 2012

Mete mis ganas en tu ombligo.

Vigila por dónde caminan 
tus manos
que por cada lunar hay una mina
y puedes salir volando.
Y romperte en mil pedazos
y quedar cada uno esparcido 
por cada esquina de 
mi cuerpo.
Tú vigila, vigila,
que a mi espalda no la veo,
se tú su protector y tapa
con cada dedo
cada uno de mis agujeros.
Acaricia mis heridas, 
tápalas con tu saliva,
ciérralas con un beso.
Sujeta mis rodillas
cuando tiemblen,
roza tu cuerpo con el mío
y conseguiremos prendernos fuego
para acabar con este frío.
Si cierro los ojos
y no puedo verte
haz que te sienta,
muérdeme hasta los codos, consigue besarme el alma.
Que nos tenga envidia la rosa del Principito.

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