sábado, 3 de julio de 2010

.


Yo siempre me tiro a la piscina para entrar. Me gusta entrar de golpe. Me gusta pasar por esos tres estados: De la tierra, al aire, al agua. Pero rápido, de la manera más extrema: corriendo, volando, flotando.
Porque cuando corres te sientes libre. Porque cuando vuelas te sientes imposible. Porque cuando flotas te sientes ligera.
Corres en la vida, derrochando energía. Vuelas alto, hasta el cielo, cuando acaba tu vida. Y de nuevo vuelves a nacer, flotando en el vientre de tu madre.

Bajar por las escaleras es muy parecido, pero yo de momento prefiero tirarme a la piscina, no cambiaría por nada esos segundos entre el cielo y la tierra, sin que nada te toque, solo tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario