martes, 6 de julio de 2010

Interprétame mal, yo te entiendo bien.

Tú, siempre me decías que soñabas con ver el cielo, y las estrellas. Deseabas saberlo todo, no olvidar nada.
Y nunca entendiste por qué siempre te levantaba la barbilla, ni por qué te regalaba libros por tu cumpleaños y enciclopedias por Navidad.
Hoy, te he esperado todo el día en el Planetario, y después de dos horas me has llamado: te habías dormido y no tenías ganas de andar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario